MEMORIA (2007-2008)
selección de poemas
I
Se fue de sí para volver a los tejidos después de verse en los paseos que cruzaban los lugares donde no estás, y sin embargo la noche, como recogida en almíbar, trotaba en su pobre cabeza tiernamente. Entonces escuchó que no había lugar para equívocos, con su boca de porcelana donde se dejó caer para escuchar el susurro, los latidos del aire, su deseo que sólo en círculo y obliteraciones precisas de su corazón. Vivió para eso: realmente lo que quiso ser. Y en ese momento, sin saber que alguien podía escribirlo, el papel mojado, las palabras torcidas hacia la pulsión de entregar maquinaciones contra lo opuesto, dijo, pero sin decir que nada y todo era como el silencio. Así como las vísperas entonces de la tarde al caer en ciernes como una vulva que se apaga. Tardó incluso en la dirección de algo que se contempla informe e inconcluso. Vivió para contar las horas que se arrullan en torno a la hora terca que se pronuncia como algo inefable.
Todas las palabras del mundo, todas las palabras de una vida, todas las vidas de una palabra.
II
Ella enlazó en al aire aquello que aún no vivía. Rimó su voz, se hizo canto, y la esperanza danzó en el vacío. Y en su cuerpo, que ya otorgaba en la desnudez, dando en parte lo que el deseo suele trazar al latido, cubrió la sombra.
III
No tengo un hueco donde hospedar
la memoria de olvidarte.
Podría amanecer en sus ojos. Era un lugar.
Podría describir desvanecerse para que no fuera en la memoria.
Aquellos días que no fueron.
Estaba en un círculo abrazada en la nieve
en un momento de mis ojos.
Nada fue en la imagen de su rostro mas que imagen.
Destino de cruzar un rostro, detrás de una pronunciación tímbrica,
una ola,
el destello,
un corazón
Podría amanecer otro lugar.
Esta vida de cruzarse de brazos ante el momento.
Este momento que perdemos.
Esta vida.
IV
Tristeza de decir tristeza
hojas de lima
Tristeza de los campos sepulcros
magnolias
tristeza de los álamos de viento
tristeza encontrada súbita
detrás de la puerta de mi corazón
hay una vela que se apaga, un candor de alma
marchita de luna, tristeza
tristeza de tocar y no estar tristeza
tristeza como una brisa de la mañana
como posar tiernamente palabras
que quiero olvidar para no caer en la tristeza
de volver teniendo sobre ti la certeza
de no tenerte
tristeza amarga de tus labios
de tus horas
tristeza de no poder
no tener poder
V
Llorar los años, llorar la vida
llorar la lluvia
llorar el llanto
suavemente, suavemente
llorar como una flor al rocío
rocío en los ojos
ojos que no ven ya en lo borroso
del llorar una imagen
Llorar lo anhelado
llorar poemas
llorar por volver
madrigueras del alma
laberintos de agujas del pasado
Llorar
por querer morir esta vida
por ser lo que soy
nada
VI
Quererte es quedarme en tu cuerpo
pasear en la tibieza
suspirar las vainas de tu nombre
Quererte es agitar con los labios del alma
que la vida
es un momento para sentirte
VII
Qué importa si se han quemado las croquetas
tropecientos huevos fritos
patatas de piedra ahumada
qué importa
cuando he estado tan cerca de su rostro
de sus labios, de sus ojos, de sus pechos
del aroma de su cuerpo en el rocío
sobre el atardecer
Qué importa
cuando todo lo que importa
lo he tenido tan cerca
que el tiempo sólo era un pretexto
para estar con ella
tan cerca
VIII
Ser en mi sueño tuyo en tu cuerpo
mío en la piel de tu memoria
verterme en tu ansia mía
en ti que hago tuya
palparme con tus dedos tu deseo
de hacerte ovillo y rodar en mi
alcanzarme en el abrazo
tibio y desnudo de tu cuerpo
ser en ti y hacerte una casa
pequeña para tus ojos en el corazón
HOJAS DE TIEMPO (2011-2012)
poemario actual inacabado
4
hoy bajamos el rio por la vereda
Dejamos atrás un pequeño lago
más allá del camino
dejamos un lugar lleno de dudas y de sombras
un lugar donde vivíamos encorvados
donde era fácil enterrar la honestidad
más allá del camino
olvidamos aquel mundo bailando
más allá del camino
hay un silbar dulce de hojas
al otro lado de los setos
6
la noche se perdía en nuestra mirada
no había nada que nos preocupara
que nos culpara en la plateada
luna
sólo un reflejo de lo que fue no importa
ya no esperamos
cambiamos nuestro mundo cantando
sin miedo a la oscuridad
1
Me preguntaba si la manecilla del tiempo golpeaba en mi mano
como una caricia o era ella quien golpeaba suavemente como la brisa al atardecer
2
L. dejaba pasar como valse des loges de dyes cada segundo
era como una nota que acariciaba su pulso mientras
se columpiaba por los puentes rompía su reflejo
embriagaba su memoria
componía de nuevo ante el encuentro en cada esquina
la luz difusamente una emoción
sólo vista ante ella un destello al filo más allá
de la superficie un mundo nuevo
una nueva idea de vivir
impresiones (del diario de L.F.)
Caminábamos cuando Paul, Cris y Auden se detuvieron alrededor
dejamos ver cómo se movían de un lado a otro las hojas de eucalipto
parpadeando de luces naranja en medio describimos un mundo
sin tocar apenas la superficie había un arroyo. Para nosotros
sólo un deseo nos movía esperar era parte de la muerte
del corazón y sentía el tiempo fuera de mí Paul me besa mientras.
La brisa movía ligeramente las flores esparciendo su perfume
y las nubes parecían peces perdidos en la memoria;
quizá desaparezcan en Libia alrededor de las 10:00
o tenga que convencerme para llegar a algo trascendental,
mientras la vida era un pretexto y el silencio de Paul
era un pretexto cualquier camino para tenderse perderse o navegar
en su cuerpo para salir de cualquier idea que me encerrara
cuando no hay nada que importe más allá de los sentidos
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